LA CONMEMORACIÓN DEL LAGARTO
Jim Morrison, in memoriam
Días extraños
Todo es movimiento a ciegas, la vida es algo perdido entre las cosas. Difícil es encontrarla en un mundo que ha puesto altares a los objetos -y además precio-. Está sepultada por cajas y envolturas, por motores y anuncios deslumbrantes, por cosas que fundamentan el poder, que vuelven a las personas cosas, envases desechables.
La belleza niega ese mundo, levanta su mano áspera y provoca el deseo de transformarlo. Más aún cuando la belleza se acompaña de un verbo claro. Jim Morrison busca al hombre en el ambiente, cuando canta a la tierra lacerada (“Cuando la música termine”). Lo busca, cuando enfrenta el número a las armas (“Cinco a uno”). También cuando a ella le susurra: “estás encerrada en la cárcel de tu propia consigna. Rápido, vuela lejos” (“Niña infeliz”). Es el alcohólico del albergue de la carretera que protesta contra las dictaduras y la participación yanqui en éstas (“Una plegaria americana”). Es el profeta del apocalipsis urbano (“Mujer de Los Ángeles” y “La celebración del lagarto”)…
También busca a la vida en ese rito de lagarto que preña sus rescoldos; en esa alternancia del placer con el cual enfrenta cotidianamente al poder. Su política sexual, como la de Janis, es una bofetada en el rostro de la frigidez americana, una patada en el enmohecido miembro del mundo consumista.
Obviamente el amplio universo de las revueltas juveniles –intuitivas, conscientes o muy conscientes– del 68, corría por su voz aguardentosa.
Pero sobre todo busca a la vida y al hombre que es él mismo, en ese afanoso deseo de pasar al otro lado; de seguir las palabras de Brecht, recorriendo los “wisky-bares”, cumpliendo el deber de morir (“Canción de Alabama”).
O como con claridad él lo dice:
Días extraños nos encontraron
y a lo largo de sus extrañas horas
subsistimos solos
cuerpos confundidos
memorias maltratadas
Así recorremos el día
Hacia una extraña noche de piedra.
(“Días extraños”)
Claro que el anterior es sólo uno de sus inmejorables momentos; los siguientes endecasílabos pueden ser otro:
I woke up this morning and I got myself a beer
I woke up this morning and I got myself a beer
The future’s uncertain and the end is always near
Apenas desperté y fui a buscar una cerveza
Apenas desperté y fui a buscar una cerveza
El futuro es incierto y el fin está siempre cerca.
(“El blues del albergue sobre la carretera”)
Veamos otro ejemplo de la relación poética de Jim Morrison con el agua, la canción
“La WASP”* (Radio Texas y el ritmo espeso”):
Quiero hablarte de Radio Texas y del ritmo espeso
Viene de los pantanos de Virginia
Tranquilo, lento, con dinero y decisión
Y una estrechez repelente y difícil de dominar
Algunos llaman a su brillo, celestial
Otros, lo mezquino y lamentable del sueño Occidental
Amo a los amigos que he reunido en esta balsa de latón
Hemos construido pirámides en honor de nuestra fuga
Esta es la tierra donde murió el Faraón
Los negros en el bosque, emplumados, brillantes
Dicen: “Olvida la noche
Vive con nosotros en los bosques de azur
Por aquí en el perímetro no hay estrellas
Aquí somos borrachos**, inmaculados”
¡Y escucha esto! Te hablaré de la angustia
Te hablaré de la angustia
Y de la pérdida de Dios
Te hablaré de la noche sin esperanza
Del escaso alimento que mi alma olvidó
Te hablaré de la virgen con alma de hierro forjado
¡Y te diré esto!: no habrá perdón para nosotros
No habrá recompensa eterna, por malgastar el alba
Te hablaré de Radio Texas y del ritmo espeso
Suavizado, lento y loco como un nuevo lenguaje
Ahora escucha, te hablaré de Texas
Te hablaré de Radio Texas
Te hablaré de la noche sin esperanza
Del huidizo sueño Occidental
Te hablaré de la virgen con alma de hierro forjado.
LA CELEBRACIÓN DEL LAGARTO
Leones en la calle y vagabundos
perros en celo, rabiosos, espumeantes
Una bestia atrapada en el corazón de la ciudad
El cuerpo de su madre se pudre en la tierra del verano
El huyó de la ciudad
Fue hacia el sur y cruzó la frontera
Dejó caos y desorden
detrás de sus hombros.
Una mañana despertó en un hotel verde
con una criatura extraña gimiendo a su lado.
Escurría sudor de su piel brillante.
¿Están todos dentro?
La ceremonia está por comenzar.
¡Despierta!
No puedes recordar dónde fue
¿Había terminado el sueño?
La serpiente era oro pálido
Vidriada y encogida.
Teníamos miedo de tocarla.
Las sábanas eran calientes prisiones de muerte.
Ahora, corre al espejo del baño,
¡Mira!
No puedo sobrevivir los lentos siglos en que se acerca
Dejo a mi mejilla resbalar
por el fresco y liso azulejo.
Siento la sangre: punzante y fría
las suaves y susurrantes serpientes de lluvia…
Una vez tuve un pequeño juego
Me gustaba arrastrarme hacia mi cerebro
Creo que sabes de qué hablo
Me refiero al juego llamado “enloquecer”.
Ahora te toca probarlo
No tienes más que cerrar los ojos y olvidar tu nombre.
Olvidar al mundo, olvidar a la gente
y erigiremos un campanario distinto.
Este jueguito es muy divertido.
Solo cierra los ojos, no hay pierde.
Yo estoy ahí y voy también.
Libera el control, la estamos haciendo.
Retrocedamos profundo dentro del cerebro,
hasta ahí donde no llega el dolor,
ahí donde no nos toca la lluvia.
Y la lluvia cae suavemente en la ciudad,
sobre nuestras cabezas.
Y debajo, en el laberinto de las corrientes
se advierte la quieta presencia sobrenatural
de los nerviosos habitantes de las colinas.
Abundan los reptiles en esos cerros suaves,
fósiles, cuevas, aire helado de las alturas.
Cada casa repite un patrón:
cortinas cerradas,
el carro de las bestias asegurado contra la mañana…
Todos duermen ahora.
Alfombras silenciosas, espejos vacíos,
polvo escondido bajo las camas de las parejas legales,
amortajadas en sus sábanas:
y de sus hijas presumidas
con ojos seminales en los pezones.
¡Espera!
Aquí ha habido una masacre.
No te detengas a hablar ni a mirar alrededor.
Tus guantes y tu abanico cayeron al suelo.
Estamos dejando la ciudad.
Huimos a la carrera.
Y tú eres quien yo deseo que venga.
No toques la tierra.
No veas el sol.
Nada queda por hacer, sino,
correr, correr, correr.
Corramos.
Una casa sobre la colina.
La luna permanece quieta.
Las sombras de los árboles.
atestiguan la brisa salvaje.
Ven nena huye conmigo
Corramos
Corre conmigo
Corre conmigo
Corre conmigo
Escapemos
La mansión es cálida, en la punta de la colina.
Ricos son los cuartos y las comodidades ahí,
rojos los brazos de los lujosos sillones.
Pero no sabrás nada hasta que estés dentro.
El cadáver del presidente yace en el coche
del conductor.
El motor funciona con cola y brea.
¡Ven! no iremos muy lejos.
Al Éste, a conocer al Zar.
Corre conmigo, corre conmigo, corre conmigo.
Escapemos.
Algunos ilegales vivían en la orilla del lago.
La hija del predicador está enamorada de la víbora.
que vive en un hoyo junto a la carretera.
¡Despierta, niña! Estamos llegando a casa.
Sol, sol, sol.
Quema, quema, quema.
Luna, luna, luna
te atraparé.
¡Pronto!
¡Pronto!
¡Pronto!
Yo soy el Rey Lagarto
Y puedo hacerlo todo
Bajamos por ríos y carreteras.
Venimos de bosques y cataratas.
Descendimos desde
Carson y Springfield.
Bajamos desde el dominio de Phoenix.
Y puedo decirte los nombres del reino.
Puedo decirte
las cosas que sabes
atendiendo a una escritura llena de silencio,
escalando valles hacia la sombra
Yo soy el Rey Lagarto.
Puedo hacerlo todo.
Puedo hacer que la tierra deje de girar.
Yo hice desaparecer los coches de los azules
Por siete años he habitado
en el palacio perdido del exilio,
jugando juegos extraños
con las muchachas de la isla.
Ahora he vuelto
a la tierra de los hermosos, los fuertes y los sabios.
Hermanos y hermanas de la pálida selva
¡Oh!, criaturas de la noche
¿Quién de entre ustedes se unirá a la cacería?
Ya la noche llega con su legión púrpura.
Retírense a sus campamentos y a sus sueños.
Mañana entraremos a la ciudad de mi nacimiento,
¡Quiero estar listo!
(Letras de una composición teatral de los Doors)
EL FIN
Este es el fin,
hermosa amiga.
Este es e1 fin,
mi única amiga,
el fin,
de todo lo que permanece,
el fin,
ni seguridad ni sorpresa, el fin.
Nunca me miraré en tus ojos de nuevo.
Puedes imaginarte lo que vendrá,
tan ilimitado y libre.
Necesitando desesperadamente
de una mano extraña
en una tierra sin esperanza.
Perdido en un doloroso desierto romano,
Y todos los niños están locos;
todos los niños están locos
esperando la lluvia de verano.
Ahí está el peligro, al final del pueblo.
Viaja la carretera del rey, nena.
Escenas extrañas dentro de la mina de oro;
viaja la carretera al oeste, nena.
Monta la víbora.
Monta la víbora, hacia el lago.
El lago antiguo.
La víbora es larga…, siete millas.
Monta la víbora.
Es vieja… y su piel es fría.
El oeste es lo mejor.
El oeste es lo mejor;
vámonos de aquí y hagamos el resto.
El autobús azul nos llama,
el autobús azul está llamándonos
-¿Conductor, a dónde nos llevas?
El asesino despertó antes del alba,
se puso sus botas,
Tomó un busto de la galería de antiguallas
y caminó pasillo abajo.
Entró en el cuarto donde su hermana vivía
y…
Entonces fue a visitar a su hermano ‘
y él… siguió pasillo abajo.
Se acercó a una puerta,
miró hacia adentro,
-¿Padre?
-¿Sí, hijo?
-Quiero matarte. Madre… ¡quiero…
cogerte!
Ven, nena, date un chance con nosotros.
Ven, nena, date un chance con nosotros,
y encuéntrame hasta atrás del autobús azul.
Ven, sííí!
Este es el fin,
hermosa amiga.
Este es el fin,
mi única amiga,
el fin.
Duele liberarte,
pero nunca me seguirás;
el fin de la risa y las mentiras suaves;
el fin de la noche en que tratamos de morir.
Este
es
el fin.
(James Douglas Morrison/The Doors)
CUANDO LA MÚSICA TERMINE
Cuando la música termine
apaga la luz.
La música es tu amiga especial,
baila sobre el fuego como ella lo intenta.
Ella es tu única amiga,
hasta el final.
Cancela mi suscripción a la Resurrección,
manda mis credenciales a la Casa de Detención,
tengo algunos amigos ahí dentro.
El rostro en el espejo no se detendrá,
la niña en la ventana no caerá.
En una fiesta de amigos,
“¡ Viva!” ella gritó,
esperándome ¡Afuera!
Antes de hundirme
dentro del gran sueño,
quiero oír
el grito
de la mariposa.
Ven, nena,
regresa a mis brazos.
Nos estamos cansando de esperar,
de esperar por ahí
con la cabeza
agachada.
Escucho un sonido muy suave:
muy cercano, muy lejano,
muy dulce y muy nítido.
¿Qué le han hecho a la tierra?
¿Qué le han hecho a nuestra inmaculada hermana?
Arruinada y despojada,
la han rasgado y taladrado,
le han clavado cuchillos
en el costado del alba
y atado con cercas
y arrastrado hacia abajo.
Escucho un sonido muy suave
-pon tu oído en el suelo-
¡Queremos el mundo y lo queremos…¡¡ya!!!
¡Noche persa!
¡Sálvanos, Jesús, Sálvanos!
Pero cuando la música termine
apaga la luz.
La música es tu amiga especial,
baila sobre el fuego como ella lo intenta.
Ella es tu única amiga,
hasta el final,
hasta el final.
Hasta
el fin.
MUJER LOS ÁNGELES
Acabo de llegar a la ciudad hace apenas una hora
He echado una mirada, he visto que el viento sopla
Hacia las nenas, en sus búngalos hollywoodenses
¿Has tenido suerte, pequeña, en la ciudad de la luz?
¿O eres otro ángel caído? Ciudad de la noche
Ciudad de la noche, ciudad de la noche
Mujer Los Ángeles, mujer Los Ángeles
Mujer Los Ángeles, tarde de domingo
Manejo por tus suburbios
En tus tristezas, dentro de tu nostalgia
Hasta tu blues, blues, hasta tu blues, claro
Tu cabello se incendia
Tus colinas se llenan de fuego
Si te dicen que nunca te amé
Sabes que mienten
Penetro tus avenidas
Coches de policía y bares de tetas
Vagan por los callejones nocturnos
Nunca vi a una mujer tan sola
Tan sola, tan sola
Hoteles, dinero, asesinato, locura
Carajo, ¿cuál es el motivo para estar alegres?
El señor Mojo se levanta
El señor Mojo se levanta
Bien, apenas llegué a la ciudad hace como una hora
He echado un ojo, he visto para dónde soplan los vientos
A dónde están las nenas en sus búngalos de Hollywood
¿Has tenido suerte, pequeña, en la ciudad de la luz?
¿O eres sólo otro ángel caído? Ciudad de la noche
Ciudad de la noche, ciudad de la noche
Mujer Los Ángeles, mujer Los Ángeles
Mujer Los Ángeles, eres mi mujer
Mujer Los Ángeles, mujer Los Ángeles
Vente Los Ángeles, ¡vente mujer Los Ángeles!
UNA PLEGARIA AMERICANA
¿Conoces la tibia marcha del progreso
bajo las estrellas?
¿Sabes que existimos?
¿Olvidaste las llaves
del Reino?
¿Has nacido ya,
te encuentras vivo?
Reinventemos los dioses, todos los mitos
de los tiempos
Celebremos los símbolos de los más antiguos bosques
(¿Has olvidado las lecciones
de la antigua guerra?)
Nosotros necesitamos grandes cópulas doradas
Los padres cloquean en los árboles
del bosque
Nuestra madre está muerta en el mar
Sabes que protagonizamos masacres
conducidos por apacibles almirantes
Y que gordos, torpes generales
voltean, obscenos, buscando sangre joven
Sabes que somos gobernados por la TV
La luna es una bestia de sangre seca
Las bandas mercenarias crecen
a la vuelta del siguiente viñedo verde
Amasándose para la guerra sobre inocentes
campesinos, quienes simplemente están muriendo
¡Oh! gran creador de la existencia
Concédenos una hora más
para ejecutar nuestro arte
y perfeccionar nuestras vidas
Las palomillas1 y los ateos son doblemente divinos
y agonizantes
Vivimos, morimos
Y la muerte no termina
Nuestro viaje cada vez más adentro de
la Pesadilla
Adheridos a la vida
flor de nuestra pasión
Adheridos a culos y pitos
por desesperación
Tuvimos nuestra última visión
como un rayo
Las construcciones de Colón
están llenas de muerte verde
(Toqué su muslo
y la muerte me sonrió)
Nos hemos congregado dentro de este antiguo
e insensato teatro
A propagar nuestra codicia por la vida
y escapar de la hormigueante sabiduría
de las calles
Los graneros han sido arrasados
Las ventanas aseguradas
y sólo hay uno entre todos
Para bailar y salvarnos
Con el remedo divino
de las palabras
La música inflama el temperamento
(Cuando se les ha permitido vagar libres
a los verdaderos asesinos del Rey
un millar de Magos aparecieron
sobre la tierra)
Dónde están las fiestas
que nos prometieron?
¿Dónde esta el vino?
El Nuevo Vino
(muriendo en el viñedo)
Burla inherente
danos una hora para la magia
a nosotros, los del guante púrpura
a nosotros, los del vuelo estornino
y la hora aterciopelada
a nosotros, criados de placeres arábigos
a nosotros, los de la cúpula solar y la noche
Danos un credo
Algo en qué creer
Una noche de lujuria
Danos confianza en
la Noche
Danos color
cien matices
un rico mandala
para mí y para ti
y para tu casa
de sedas y cojines
una cabeza, sabiduría
y una cama
Turbio decreto
Burla inherente
te clamamos
Solíamos creer
en los buenos viejos tiempos
Seguimos recibiendo
en pequeñas dosis
Las Cosas de la Bondad
Y el ceño antideportivo
Olvida y concede
¿Sabes si la libertad existe
en un libro de escuela?
Sabes que la locura
carrerea nuestra prisión
Con jaulas, con cárceles
Con un remolino
blanco, libre y protestante
Estamos posados -despeñándonos-
en el filo del tedio
Queremos alcanzar la muerte
en el cabo de una vela
Nos esforzamos por algo
que previamente nos encontró
Oh, estoy harto de dudas
Vivo en la luz de la certeza
Y al sur
Nos liga la crueldad
Los sirvientes tienen el poder
hombres-perro con mujeres malvadas
cubren con pobres cobijas
a nuestros marinos
Estoy harto de las caras duras
Que me observan desde la torre
de televisión. Quiero rosas
en mi glorieta-jardín, ¿sale?
Bebés reales, rubíes
deben remplazar a los extranjeros
Abortados en el barro
A estos mutantes, sangrante alimento
para la planta que aran
Esperan llevarnos
al jardín segregado
¿Sabes cuan pálida y desenfrenada
llega la muerte en una hora extraña
sin anuncio, sin que esté planeada
como una espantosa y superamigable invitada
que te llevas a la cama?
La muerte convierte en ángeles a todos
y nos pone alas
Suaves como garras de cuervo
donde teníamos los hombros
No más dinero, no más disfraces
Este otro Reino se parece mucho al mejor
hasta que su otra mejilla revela incesto
y se deja de obedecer a una ley vegetal
Yo no iré
Prefiero una Fiesta de Amigos
A la Gran Familia.
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